Los emprendedores exitosos no tienen una bola de cristal para predecir el porvenir, pero sí saben descubrir las tendencias que marcarán las pautas de consumo en los próximos años.

Ser un adivino en nuestra era implica observar, cuestionar y experimentar. Así, es posible determinar patrones, políticas y hábitos que generarán los nuevos problemas y expectativas del mercado.  El paso inicial es saber que ya concluyó la era de los grandes movimientos de masas. La fragmentación social implica nichos cada vez más particulares. Algunos le llaman a esto “micro tendencias”, grupos reducidos con características específicas.

Algunos ejemplos de éstos núcleos de consumidores potenciales son el auge de sacerdotisas en las nuevas religiones, inmigrantes ilegales que determinan muchos asuntos políticos, interés creciente de hombres y mujeres por modificar su cuerpo, demanda de mayor pragmatismo en los programas de estudio en las universidades o la ascendente necesidad de compaginar vida personal y laboral en los grandes centros urbanos.

Tales cambios pueden generar nuevas ideas y soluciones en los productos y servicios que ya existen en el mercado. Las micro tendencias develan las pautas de consumo que aparecerán y las oportunidades que pueden aparecer con cada una de ellas.

No existe un producto único para todos, por ello, para lograr el éxito de una marca es fundamental estudiar y entender los hábitos y necesidades de los consumidores y lo que mueve sus decisiones de compra, establece la firma trasnacional de estudios de mercado A.C Nielsen. Bajo esta premisa, todos podemos “adivinar” la rotación de bienes.

Así, cuando detectamos el incremento de personas que desean bajar de peso, 54% de la población en Latinoamérica, por ejemplo, prevemos de forma simultánea el incremento de operaciones para eliminar la obesidad. Simplemente el IMSS realiza más de 300 cirugías bariátricas cada año y este número se triplica en el número de liposucciones que se efectúan en hospitales privados. Ahora, el deseo por ser más delgados, también genera mayor oferta de productos light o bajos en grasa, alimentos orgánicos, suplementos alimenticios, gimnasios, productos dietéticos, nutriólogos, medios de comunicación especializados y otros.

Por supuesto, esto genera un atractivo mercado que catapulta propuestas para quien desea bajar de peso, como consultorías médicas, programas de activación física, básculas domésticas y un largo etcétera donde se pueden incluir hasta consejos en línea sobre dietas específicas.

Mascotas

Otra micro tendencia social es el aumento de “padres” de mascotas. Simplemente los fabricantes de alimentos para perros y gatos mencionan que aumentaron en 33% su producción en los últimos cinco años, dice el Consejo Nacional de Fabricantes de Alimentos Balanceados y la Nutrición Animal y en el 75% de las tiendas de autoservicio el área de mascotas es igual o mayor que el departamento de bebés. En México, siete de cada 10 hogares tienen al menos una mascota dice el Consejo Nacional de Población.

Esto implica un gran mercado no sólo de alimentos sino medicamentos y vacunas, enseres para animales, shampoos y productos de higiene personal, veterinarias, empleados para mascotas como paseantes de perros y otros muchos productos y servicios.

Empleabilidad

En el sector laboral aparece otra tendencia a considerar. Los trabajadores ya no se retiran a los 60 años de edad sino ocho años después, o hasta más. Paradójicamente en las empresas no existen planes para los trabajadores de mayor edad.

Este fenómeno devela la necesidad de un grupo poblacional para tener una percepción salarial sino para fomentar la autoestima.  Así, las firmas que logren aprovechar la experiencia y competencias de quienes tienen más años, podrán tener en su plantilla laboral a personas más dedicadas y leales. En las universidades, por ejemplo, se contrata a profesores de mayor edad y en algunos laboratorios farmacéuticos trasnacionales los profesionistas mayores lideran líneas específicas de productos y supervisan departamentos cruciales como calidad o ventas.

Esto abre grandes posibilidades de negocios: desde bebidas energetizantes a head hunter de profesionistas experimentados, cursos motivacionales, medicina geriátrica y varias propuestas espirituales.

Luigi Valdés, asesor empresarial, en “El dado de siete caras”, presenta una amplia gama de ideas de negocios basados en tendencias tan dispares como el incremento de las mujeres en el ámbito laboral, el ascendente sentido de soledad en las grandes ciudades o la creciente necesidad de personalizar productos y servicios. 

Ahora, ¿qué pasa con los trabajadores que demoran hasta dos o más horas para llegar a sus centros laborales? Quienes se desempeñan desde el hogar cambian los esquemas existentes de la fuerza laboral con el teletrabajo, terciarización (outsourcing) y trabajo libre (freelancer) que implican nuevas formas de remuneración. Entre quienes se quedan en la oficina aparecen los “compradores de segundos hogares”, que adquieren otra casa o condominio con el fin de tener un mejor acceso a la familia o a la diversión. También aparecen quienes conforman su vida alrededor del centro laboral: compran membresías de gimnasios cercanos, llevan su ropa a lavanderías cercanas al trabajo, adquieren sus víveres en los supermercados aledaños.

Mientras esto ocurre, se vaticinan grandes modificaciones en la integración de las familias y aparecen las uni parentales, interraciales e incluso de una sola persona y el auge de rommies o personas que comparten su departamento con otros.

Tecnología

Por otra parte, el auge de la tecnología de información genera varias micro tendencias. Están los “nuevos luditas”, que evitan el mundo electrónico y los geeks sociales, que adoran la Internet. Los trabajos relacionados con la informática atrae cada vez a más mujeres. Estas son las “Tech fatales”. ¿Qué negocios podrían generarse para estos grupos específicos de consumidores? Nuevamente, la respuesta está en observarlos atentamente, generar encuestas y entrevistas con ellos y experimentar con propuestas para verificar que sean atractivos para tales consumidores potenciales.

En general, en cada sector económico y área social específica aparecen tendencias dignas de considerarse.

Entretenimiento e interacción social

En el entretenimiento, por ejemplo, aparecen grandes cambios. Así, los deportes individuales adquieren mayor auge pero los adolescentes privilegian las interacciones en grupo, luego de intercambiar consejos en línea. Las relaciones sociales se despersonalizan y la comunicación de sentimientos, por ejemplo, surge a través de dibujitos (emoticons) mientras la invitación de relaciones sexuales se limita a la pregunta mal pronunciada de ¿dónde estás?.

Ante esto valdría analizar cómo relanzar competencias laborales como el trabajo en equipo, generar soluciones a una creciente interconexión que genera individuos que experimentan mayor aislamiento y soledad, impulsar encuentros “cara a cara”, catapultar la lectura y volver moda el escribir poemas y cartas para que la capacidad de comunicación entre los seres humanos no se diluya…o desaparezca.

Esto no se trata de una función social, sino de una oportunidad para crear soluciones y cumplir expectativas que subyacen, por ejemplo, en los romances de papel o relaciones virtuales. Indagar sobre esto podría generar datos tan sorprendentes como el que ahora la gente trabaja 24×24 horas por el empleo de celulares, apps y otros avances tecnológicos que impiden separar la vida personal de la laboral. Esto genera zombies laborales que “olvidan” las interacciones directas con otros y presuponen, falsamente, que los robots suplirán al hombre. Inclusive en las lides amatorias, por absurdo que parezca y sea.

Entonces aparecen los encuentros programados de citas, sitios de encuentros románticos, “casamenteros” profesionales, aumento de la individualidad y soledad que a su vez se traduce en amplios sectores poblacionales que sufren depresión o ansiedad. ¿Qué harán los emprendedores ante esto?

Hay grandes oportunidades para quienes dedican sus productos o servicios a la base de la pirámide poblacional. Esto puede generarse con soluciones básicas, empaques más pequeños, menos valores agregados o disminución o inexistencia de servicios post venta, incluso alquileres en lugar de ventas. Volver a lo básico es el slogan que responde al creciente populismo.

Aprendices de adivinos: deben estar atentos a lo que ocurre en diferentes ámbitos y países. Así podrán encontrar oportunidades de negocios en el sector eclesiástico donde las grandes religiones se fragmentan en dos o tres cada día y aparecen promisorios mercados en economías emergentes como Brasil, Rusia, India y China.

¿Se atreven a trabajar basados en las microtendencias?