Esta semana, pasé parte de mi mañana trabajando desde mi auto aparcado dentro de mi garaje oscuro.
Las luces y la calefacción estaban apagados, a pesar de que es invierno y en Chicago hace mucho frío.
No tuve elección. Necesitaba silencio total para grabar un podcast para el trabajo, pero mis dos hijos pequeños estaban en casa y no podía correr el riesgo de una interrupción.
Siempre supe que no era la única que intentaba hacer maniobras dignas de un espía parapoder trabajar desde casa.
Robert Kelly, profesor de ciencias políticas y experto en relaciones internacionales, tuvo la desgracia de ser interrumpido en la televisión en vivo mientras era entrevistado por la BBC sobre el tema muy serio de la destitución y la expulsión de la presidenta de Corea del Sur.
Al igual que los millones de teletrabajadores, Kelly y yo tenemos algo en común: usamos teléfonos inteligentes y computadoras para trabajar a distancia y, aunque tengamos una oficina dedicada, usualmente no es un espacio insonorizado para aquellas llamadas que requieren silencio total.
Interrumpido
Y las interrupciones no siempre corren por cuenta de niños inquietos.
Christine Benton, directora de la firma de comunicaciones Burson Marsteller, ha tenido que explicar otro tipo de intrusión.
Cuando su caballo comenzó a relinchar en la ventana de la oficina para llamar su atención durante una teleconferencia, Benton giró la cámara de su computadora para enfocar a Coco pastando en el jardín y se disculpó por la distracción. Eso no se olvida pronto.
“Si usted habla con el cliente, lo recordará“, dice Benton, que ha trabajado desde su casa durante los últimos 13 años y posee una propiedad rural cerca de San Diego en California.
Pero, asegura que cuando Coco aparece en pantalla, sirve como una forma de establecer un vínculo con los clientes.
Aún así, esas distracciones pueden crear una situación más estresante y generar algunos momentos incómodos.
Cuando Kelly fue entrevistado para la BBC esta semana, desde su oficina en Seúl, el video se volvió viral cuando sus hijos se metieron en la toma de televisión.
Los comentarios en las redes sociales mostraban, en gran parte, simpatía por el académico.
Padres de todo el mundo se identificaron con la difícil situación y reflexionaron sobre cómo manejarían la situación. Otros pensaron que parecía demasiado molesto por la distracción.
Ya no es un peligro profesional
Enfrentar este tipo de distracciones ya no es tan grave para la carrera como antes.
“Los compañeros de trabajo y los clientes entienden que la vida puede interponerse en el camino”, dice Jill Jacinto, una consultora profesional con sede en Nueva York que se especializa en ayudar a los “millennials”.
“Hay menos estigma”, asegura.
Trabajar de forma remota puede parecer un reductor de estrés. No hay que hacer desplazamientos y existen menos distracciones de los compañeros.
Pero un informe conjunto de Eurofound y la Organización Internacional del Trabajo encontró que el 41% de los empleados que se describen como de alta movilidad se quejaron de estrés, frente al 25% de los empleados que se describían como empleados de oficina.
Es probable que pocos de nosotros enfrentemos una situación en vivo y en directo como la de Kelly.
Pero, para evitar pasar por la vergüenza, los teletrabajadores veteranos sugieren a los colegas advertencias acerca de posibles distracciones.
A menudo, Mark Oser, fundador de Anteris Consulting Group, con sede en Nueva York, le dice a sus clientes antes de una llamada que tiene hijos en la casa, lo que puede hacer que las interrupciones posteriores no sean una sorpresa.
El modelo tradicional está cambiando
Oser también le permite a sus dos hijos en edad escolar entrar en la habitación cuando está trabajando, pero sólo cuando está hablando con asociados que están familiarizados con su trabajo en casa.
En cambio, les dice que se callen y se mantengan fuera de la habitación al hablar a nuevos clientes. Pero incluso eso no es una solución perfecta, admite.
“Si los chicos comienzan una pelea en medio de una de mis presentaciones, bajo el volumen y pido perdón. Después prendo la televisión para tranquilizar a los niños”, dice.
A medida que las empresas luchan por retener el talento -especialmente de los trabajadores más jóvenes-, incluso las empresas más grandes son más comprensivas de los problemas que surgen en una configuración de trabajo desde casa, dice Chris Layton, director gerente de Manpower Group, una consultora global de recursos humanos en Milwaukee, Wisconsin, Estados Unidos.
No es tan diferente, afirma, a los ajustes que tiene que hacer cuando está trabajando con personas en diferentes partes del mundo.
“El modelo tradicional está cambiando”, dice.
Por supuesto, no todo el mundo es tan comprensivo acerca de las distracciones de trabajo desde casa, advierte Lynn Wu, profesora asistente de la Escuela Wharton de Negocios, en la Universidad de Pensilvania.
En su investigación, Wu encontró que los trabajadores más jóvenes sin hijos pueden no identificarse a un nivel personal y considerar poco profesionales las distracciones que tienen que ver con los hijos, advierte.
“Los padres que trabajan son mucho más comprensivos, pero la gente joven no lo es”, encuentra. “Ellos pensaron que era poco profesional atender a los hijos y al trabajo al mismo tiempo”.
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