Hoy en día cada vez son más las personas que llevan una vida activa y se preocupan por su salud y bienestar. No en vano, llevamos años escuchando a los médicos hablarnos de la importancia de practicar deporte y de la importancia de llevar una dieta sana y equilibrada. Sin embargo, el deporte tiene efectos que van más allá de la mera salud física, ya que su práctica tiene un poderoso componente mental que ayuda a organizar nuestra vida y la manera en que nos relacionamos con el mundo.
Pensemos en la cantidad de personas que se apuntan al gimnasio después de las Navidades. Tienen claro el objetivo, conseguir un cuerpo atractivo y deshacerse de los excesos cometidos durante las fiestas. Sin embargo, ¿cuántos de ellos son los que abandonan su objetivo pasados uno o dos meses?
Las cifras de los gimnasios son muy claras en este sentido. En enero se apuntan un 30% de sus clientes, lo que supone el mes que más matriculaciones se cierran con diferencia. Este dato, que a priori podría parecer bueno, se ve ensombrecido por otro que constata la debilidad de esta decisión. De ese 30% de matriculaciones realizadas en enero, aproximadamente un 50% no acudirá al centro durante más de tres meses.
Esto sucede por un problema de firmeza en el propósito. Se tienen claros los objetivos, pero no se tiene una estrategia concreta a la hora de llegar hasta dichos objetivos. En este sentido, no basta con “apuntarse al gimnasio”, es necesario un propósito sólido que se materialice en pautas concretas que nos permitan alcanzar dichos objetivos.
De este modo, además de inscribirse en el gimnasio, es necesario marcar unos horarios semanales de asistencia, un plan de comidas y meriendas que complementen el ejercicio en sala, desarrollar una rutina de entrenamiento enfoca a cada día de entrenamiento, así como abandonar hábitos poco saludables como las bebidas alcohólicas a favor de otras bebidas más sanas y naturales. En definitiva, desarrollar un plan de estrategia.
Negocios, deporte, o vida personal: cualquier proyecto en la vida se basa en una estrategia
El escritor canadiense Stephen Leacock decía que creía en la suerte y que, con los años, había descubierto que, cuanto más trabajaba, más suerte tenía. El deporte es un buen ejemplo de ello. Muchas personas piensan que lo más complicado de acudir al gimnasio es el esfuerzo que supone levantar mancuernas o sudar la camiseta en la cinta de correr, pero se equivocan. Lo más difícil de acudir al gimnasio es obligarse a no quedarse sentado en el sofá de casa. Al igual que cualquier empresa que nos propongamos en la vida, ya sea profesional o personal, es necesario establecer una estrategia bien definida y obligarse a cumplirla. De este modo, tendremos un camino marcado que nos ayudará a alcanzar cualquier objetivo que nos hayamos propuesto.
El deporte es un buen ejemplo de cómo una estrategia y una disciplina bien definidas pueden servirnos de motivación a la hora de emprender cualquier proyecto en la vida. De hecho, llevar una vida activa y saludable nos ejercitará en la lección de llevar una vida ordenada y con pautas bien definidas, lo que permitirá que desarrollemos mejores estrategias en cualquier otro campo que emprendamos.
Estrategia para una vida saludable y activa
A continuación, os presentamos una serie de tips que son fundamentales a la hora de practicar deporte y llevar una vida sana. Gracias a estas pautas, vamos a lograr una vida mucho más ordenada, tanto física como mentalmente, lo que hará que podamos ser mucho más eficientes en cualquier proyecto en el que nos embarquemos, ya sea personal o profesional. De hecho, si las aplicamos a la esfera del entrenamiento, pronto veremos como su influencia se extiende a muchos otros aspectos de nuestra vida, lo que no deja de ser un buen ejemplo de cómo el éxito llama al éxito.
Crea horarios:
Es fundamental que tengas un horario semanal en el que estén definidas todas las horas que tiene cada jornada. En él deberán estar presentes tanto las horas de entrenamiento como las horas de trabajo, las horas de descanso o cualquier otra actividad que realices. Esto te ayudará a realizar las tareas y evitará que divagues y pierdas el tiempo planteándote: “¿qué hago?”
Opta por alimentos saludables:
Es fundamental eliminar de tu dieta los alimentos grasos, fritos, ricos en azúcares y harinas refinadas. La mejor forma de hacerlo es llevando a cabo una compra consciente en el supermercado. Si a la hora de comer no tienes comida basura en casa, no podrás comerla. Esto será la primera forma de empezar a regular los alimentos de comes, mejorando tu dieta y optando por platos fitness que le sienten bien a tu cuerpo, pero también a tu mente.
Establece objetivos realistas:
A la hora de comenzar una rutina de gimnasio o practicar un deporte es importante que los objetivos sean realistas. Lo correcto será empezar con objetivos sencillos y, a medida que los vayas cumpliendo, deberás aspirar a objetivos más complejos.
Evita los malos hábitos:
Existen ciertos hábitos que debes evitar para conseguir tus objetivos ya que, además de ser malos para la salud, también te distraen de tus metas. En este sentido, el alcohol y el tabaco son los peores enemigos de una vida saludable y activa. Si es necesario, puedes acudir a tu médico de cabecera para que te ayude a dejarlos. Además, también es fundamental que encuentres formas de sustituirlos para evitar caer en la tentación. Por ejemplo, aficionándote a otro tipo de bebidas sanas y mucho más saludables.
Rodéate de personas que favorezcan tu estrategia:
Todos nos vemos influidos por las personas que nos rodean y, si tenemos muy buenos propósitos para llevar una vida saludable, será mejor juntarnos con personas que piensen de la misma forma. De este modo, será más fácil evitar entornos que puedan distraerte de tus objetivos o, incluso, hacer que llegues a abandonarlos.
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