Empresas como Uber, Cabify o Airbnb operan bajo este esquema que permite la participación de una gran comunidad de personas para generar ingresos.
La masificación de internet con la llegada de los smartphones, tablets y las redes wi-fi domésticas permitieron a grandes grupos de personas, comunidades y empresas estar conectadas las 24 horas durante los siete días de la semana a bajo costo, compartir información y realizar transacciones en tiempo real respaldados por mecanismos avanzados de seguridad.
Esto permitió que surgieran empresas cuyas operaciones principales son en línea y los beneficios pueden disfrutarse de forma más inmediata, en muchas ocasiones sin tener que pagar por la propiedad de productos y servicios, sino que paga por su uso temporal, aunque no es su único uso.
A este modelo se le conoce como como economía colaborativa, y ya está modificando drásticamente la economía como la conocemos. Este consiste en intercambiar bienes y servicios a través de plataformas digitales con un enfoque en las necesidades de los usuarios y no del beneficio económico final.
Gracias a este esquema, en lugar de que las empresas inviertan en infraestructura física para hacer llegar productos o servicios, crean plataformas en línea para fungir como intermediarios: conectan a las personas que ofrecen algún producto o servicio con aquellas que lo requieren. La empresa cobra una comisión por la operación de la plataforma y todos los involucrados obtienen algo de valor a cambio de su inversión.
Muchas empresas con crecimiento acelerado en los últimos años pertenecen a este esquema y su éxito también implica también el declive de otros productos y servicios, como la de taxis, enciclopedias y hoteles. Sin embargo, cuatro oportunidades de negocio que brinda la economía colaborativa:
1. Consumo colaborativo
El más conocido, permite intercambiar bienes y servicios por medio de intermediarios digitales. Los ejemplos más conocidos son Uber y Airbnb para transporte y hospedaje, aunque también incluye renta de vehículos como Mobike, Ecobici o Bird o transporte público para grandes cantidades como Jetty.
2. Conocimiento abierto
Incluye plataformas para intercambiar información y difundir conocimiento sin altas inversiones ni intermediarios costosos. Algunas veces son sin costo o se sustentan con donaciones como en el caso de Wikipedia y TED o pueden ofrecer cursos en línea a un costo menor que los centros educativos como en el caso de Masterclass y Coursera.
3. Producción colaborativa
A diferencia del consumo colaborativo, en este caso la empresa que ofrece los productos o servicios también los produce, como en el caso de WeWork para espacios de trabajo, Aliada para servicios de limpieza, Tesla para automóviles eléctricos o Mi cuento para libros infantiles.
4. Finanzas colaborativas
Desde microcréditos o crowdfunding, este modelo permite obtener financiamiento para proyectos conectando a quienes están dispuestos a financiar, aportar o invertir como los proyectos que lo requieren. Kickstarter y Fondeadora son ejemplos de donaciones o aportaciones sujetas a una meta de fondeo, mientras que Kueski es una joven opción de microcréditos.
Como ven, hay oportunidades para todas las industrias y no se limita a un solo tipo de producto o servicio. Es cuestión de encontrar cuál es la mejor forma de llegar a un consumidor híperconectado.
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